El Informe de Política Monetaria (IPM), publicado en enero de 2022, refleja “una lectura
técnica y sistemática sobre el comportamiento de la macroeconomía boliviana, a la luz de la
dinámica del contexto interno y externo”. Este comportamiento está ligado tanto a las
políticas implementadas por la autoridad monetaria como a los resultados alcanzados en la
gestión 2021.
Pese a las dificultades económicas resultantes de la pandemia de Covid-19, el informe
contiene cifras alentadoras:
“Frente a este escenario y dando continuidad al fortalecimiento de la inversión pública, destinada principalmente a los sectores productivos y de infraestructura, se tiene previsto un crecimiento del PIB de alrededor de 5,1% para el cierre de 2022 […] Con relación a la inflación, se espera que, al final de la gestión, esta se sitúe en torno a 3,3%”.
Según publicaciones de la página oficial del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, la inversión pública para esta gestión alcanza a 5.015 millones de dólares, la misma destinada, principalmente, a proyectos productivos con el fin de dar continuidad a las políticas de industrialización para la sustitución de importaciones.
Entre los avances económicos de este 2022 está el incremento de 15% en ingresos tributarios, y un superávit corriente (ingresos corrientes mayores a los gastos corrientes) del Presupuesto General de la Nación, el mismo que respondería a las políticas de austeridad implementadas en 2021. Del mismo modo, se evidencia una disminución del déficit fiscal que en la gestión pasada alcanzó 9,7% y, actualmente, es de 8,0%, siendo que el mismo no es un “gasto corriente”, sino el producto de la inversión en educación y salud.
Las cifras de este informe fueron dadas a conocer por el presidente Luis Arce en ocasión de su discurso por el Día del Estado Plurinacional, sin embargo, ante la incredulidad de la oposición, fueron nuevamente socializadas en días pasados.