Por: Freddy Magno Mamani MolloAmawta y Experto en Derecho de los Pueblos Indígenas
El tiempo moderno de características lineales está en crisis. Un claro ejemplo es la comprensión de progreso que tienen los dirigentes (sean de base o nacionales), los políticos, la gente de a pie y principalmente los religiosos.
Esta comprensión del tiempo nos hace creer que todo debe ir hacia adelante dejando atrás el pasado, para superarlo y negarlo por un mejor mañana. Esta aseveración es tan romántica que uno puede adherirse sin cuestionar el fondo de su procedencia (fundamento).
En las anteriores gestiones de gobierno, se puso de manifiesto el abandono del proyecto plurinacional, es decir; abandono del tiempo de los pueblos, el tiempo ancestral, el tiempo del cambio y en sí del horizonte político-espiritual que irremediablemente está, aquí y ahora, latente.
Los actores políticos al no comprender este novedoso tiempo, se inclinaban a creer en un progreso lineal e infinito, por ello pedían obras y desarrollo al estilo gringo y Evo se los concedía. Las obras y proyectos no están mal, si no, lo que es erróneo es creer que esa idea de tiempo -moderno occidental de progreso y desarrollo infinito- es “verdadero, permanente y lo único que existe”.
Hoy nuestros pueblos, nos siguen mostrando hacia donde caminar. No es caminar por caminar hacia adelante, si no, de caminar en comunidad. No es quien llega primero, si no que “todos” lleguemos. No es quien se considere el elegido -y se crea líder indiscutible- si no de generar una comunidad de líderes, una comunidad de Irpiris que lleven y guíen al pueblo.
Ese tiempo de sabiduría que hoy es necesario viene representado -aunque a muchos les cause urticaria- por aquellos que comprenden otra noción de política y de tiempo. Esta otra forma de comprender la política procede de los pueblos anteriores a la Colonia. Principalmente de aquellos que observaban al Tiempo mismo, es decir los Laramas.
“Más allá qué” el Rebelde con Sabiduría, Larama; es el sabio conocedor del Tiempo (Pacha), que sabe y siente del movimiento y de los momentos -sean políticos, existenciales, espirituales, etc.- y que en momentos de confusión muestra que el silencio (mediante la práctica meditativa), la paciencia (que es la fuerza para sobrellevar las ofensas), la comunidad (que se genera con todos y todas) y el encorazonarse con el espíritu (razón y corazón guiados por los ajayus mayores) es una forma de hacer una vida en ayni con el pacha.
En ese sentido, la impostura contra aquel que re-piense el actual estado de su vida y existencia, y mucho más sobre lo que signifique la política y lo político, será estigmatizado por los que están a la derecha o a la izquierda de la vida, ya que no podrán hallar la completitud que uno halla cuando ve –no solo a la izquierda y derecha- sino arriba y abajo, adelante y atrás, es decir observar el Pacha.
Esa labor de observar el Pacha desde el Tawantinsuyu estaba encargada a los Laramas. Waman Poma indicaba que era el “Indio astrologo, poeta, que sabe del ruedo del sol y de la luna y eclipse y de estrellas y comentas, hora, domingo, mes, año y de los cuatro vientos del mundo para sembrar comida desde lo antiguo”.
Este designio, no es casual que hoy vuelva y sea atacado, pues significa crecer y esto siempre duele por el movimiento existencial de desapegarnos de aquello que creíamos verdadero. Así como el niño llora cuando no comprende que debe alimentarse con frutas y ya no con leche materna, así es, este momento trascendental.
Este Tiempo de Sabiduría o Pacha Larama es nuestro tiempo; algunos se enojarán y no comprenderán, otros lo atacaran, pero los muchos pre-sentimos y co-razonamos que es un tiempo del real “Proceso de Cambio espiritual”.
¡¡¡Jallalla Pacha Larama!!!
¡¡¡Jallalla tiempo de los pueblos de la sabiduría!!!
